domingo, 15 de noviembre de 2009

La carta de la botella

Querido Yaakov:

Anoche fui a pasear por nuestra playa y te vi reflejado en la espuma de las olas lejanas. Estabas durmiendo sobre una cresta de plata, tal vez te adormerciste escuchando el canto de las sirenas.

Y estuve paseando por donde aquella vez cogimos una caracola gigante que estaba llena de música de sueños. Y entonces me acordé que estabas lejos, al otro lado de aquellas inmensidad que llaman horizonte. Y me senté y te volví a buscar sobre las olas, y aunque el viento era tan inmenso que no me dejaba oír ni tan siquiera mi corazón, pude escuchar tu voz hablándome al oído, como cuando aquella vez tenía frío y me acurruqué en tus brazos.

Y me fui andando hasta donde terminar el malecón. Y estaba tan oscuro que el frío de la noche me hizo estremecer. Y te añoré una vez más, añoré tu abrazo de noche de lluvia.

Y ahora que esta carta se irá en una botella se que te soñaré una vez más. Porque me lo contó un tritón que es amigo mio. Porque siento tu luz negra destellando en mi Luna. Porque te siento muy cerca de mi alma.

Hasta pronto, te quiero,
Denise


Nunca dejes de mirar la orilla del mar porque mi mensaje estará siempre para ti flotando en las olas.

1 comentario:

  1. y entre las olas de tu voz se acurruca mi alma en otra madrugada asesina e insípida de viento y nadas

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