Querido Yaakov,
Después de caminar durante días volví al castillo de la Tierra de los Cuentos. Casi no se veía porque la yedra había crecido tanto que tapaba los ventanales de espejo. Así que tuve que buscar al Duende Jardinero, que se había marchado a vivir al bosque desde que abandonamos el castillo.
Ahora está todo tan bonito como antes. Tanto que los cisnes mágicos volvieron volando cuando se vieron reflejados desde el cielo en el lago de plata. Y los peces saltaban alegres en la orilla, como cuando nos sentábamos en la yerba a contemplarlos al atardecer.
Y aunque este amanecer tuviste que partir lejos de la ciudad, cuando estuve hablando con las ninfas que viven en las ramas de los olmos me dijeron que cuando el sol creó el camino de sombras esta mañana se notaba tu presencia en cada halo de penumbra.
Te echo mucho de menos. Hasta que vuelvas a abrazarme te soñaré cada noche y añoraré cada día. Mientras tanto le he pedido a los duendes que moran en mi Luna que cuiden mucho de ti.
Me alegro que puedas volver a leer mis cartas. Hasta pronto.
Te quiero,
Denise
Gracias por querer creer en mi magia, aunque una vez, tal vez, se hubiese desvanecido...
lunes, 7 de septiembre de 2009
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y de entre tantas palabras y fechas muertas de pronto,como brota la vida,de milagro,tu brisa fresca resucitó de entre los silencios dormidos.Fue entonces cuando comprendí que aún no me había muerto.
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