lunes, 15 de marzo de 2010

El amanecer

Querido Yaakov:

Esta noche es tan triste que sólo puedo pensar en aquella canción que sólo repetía un sentimiento de desolación. Por eso lancé al viento un halo de esperanza que aunque tal vez se hunda en el mar brillará tanto que las estrellas se cegarán a su paso.

Porque esta noche, paseando por esta Tierra de nadie, he visto tantas lágrimas que por un momento las mías se fundieron en un río de sal.

Y ahora sólo quiero descansar y no pensar, porque hoy no me quedan fuerzas para buscar la respuesta a mis pesares ni para implorar abrigo a mi Luna.

Mañana vendrá un amanecer rojizo a despertarme. De los que me gustan a mi. Y me calentará el alma desasosegada. Y entonces tal vez te escriba una bonita carta. O tal vez mis versos se pierdan en la noche. De lo que estoy segura es de que siempre te dedicaré una frase torpe y acelerada que saldrá de mi alma de pequeña magia de salón.

Desde la Tierra de los Cuentos,
Denise


Sueñate siempre en un amanecer de esperanza. Y no te olvides que alguien lanzó una vez una sonrisa a la luna sólo para ti, para siempre.

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