miércoles, 3 de marzo de 2010

La noche de la eternidad

Una vez leí un cuento de una vida que nunca parecía acabarse. Y sentí una tristeza infinita, porque yo una vez soñé con que vivíamos tantas cosas juntos que la vida se me hacía tan efimera como esos molinillos que había en aquel prado por donde corrí tantas veces cuando era una niña.

Sólo quiero que termine esta noche. Y que llegue el alba. Porque las estrellas se me están clavando en los ojos y no me dejan ver mi luna. Tan sólo una pequeñita se marchó para no oir la desdicha que baja navegando por el agua del río salado.

Por eso me he sentado en medio del camino, para gritar a lo lejos y pedir sosiego para mis heridas de escarcha. Pero mis ojos están tan doloridos que no puedo ver si alguien se aproxima. Y el suplicio se hace más fuerte, sólo siento desconsuelo. Y por más que grito nadie me escucha. O tal vez no lo se. Porque ya no puedo vislumbrar ni tan siquiera mis pies descalzos, como si la yerba se los hubiese tragado y me hubiese atrapado para siempre en un sendero sin salida.

Sólo quiero que termine esta noche. Es triste y me duele su oscuridad. Sólo puedo buscar la calma en este puñado de tinta que una vez más me envenará la sangre. Pero esta noche es lo único que tengo para mi teñir mi soledad.

Sólo quiero que termine esta noche. Mi garganta se ha quedado sin voz, sin palabras, y apenas sin lamentos. Y esta tinta cada vez más negra emponzoña mi alma. Cada segundo. Cada vez que apenas respiro.

Y una vez más me recostaré en el frío lecho donde buscaré deseperadamente que todo sea un mal sueño. Un sueño de tinta malva, verde, de bonitos colores. Donde alguien escriba una bonita historia para mi. Pero hoy sólo quiero que termine esta noche.


Sólo quiero que mi dolor sirva para apaciguar el de otro hada que se quedó sin luz. Entonces tal vez se termine esta noche eterna.

2 comentarios:

  1. no tengo palabras para decir lo mxo q me gusto lo q escribist t felicito haces un lindo trabajo. me siento identificada

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  2. el lecho solitario es una tumba...y una mentira...pero nunca estás sóla,tengo sed de cuentos y de lunas llenas,cje tus alas y vuela...vuela...gracias

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